A partir de ahora voy a intentar ser más constante en la subida de post, aunque ahora entrado el curso será algo complicado. Ahora mismo estamos inmersos en la preproducción de lo que será un pequeño cortometraje. Podéis seguir la creación del mismo a través del blog y el Twitter de Bay F, nuestra pequeña productora. Además, esta temporada colaboraré de forma mensual en Cinentérate, allí también podréis leerme, además de enteraros de todas las noticias relacionadas con el séptimo arte.
Una vez explicadas las circunstancias que me acompañarán este año, comienzo a hablaros de Luces rojas, el tercer largometraje de Rodrigo Cortés tras Concursante (2007) y Buried (2010). Lo más sorprendente del caso es el reparto que protagoniza la película. Que un director en su tercer largometraje cuente con algunas de las estrellas de Hollywood más consagradas y con otras que son valores en alza es, como poco, impresionante. Encabezan el cast Sigourney Weaver, Cillian Murphy, Robert de Niro y Elizabeth Olsen y la verdad es que hacen un trabajo más que bueno.
La historia comienza con la parapsicóloga Margaret Matheson y el físico Tom Buckley visitando a una familia que presuntamente sufre una anomalía parapsicológica. Ambos se dedican a desenmascarar estos fraudes paranormales “de andar por casa”, además de dar clases de parapsicología en la universidad. De repente se anuncia la vuelta de Simon Silver, un conocido psíquico famoso décadas atrás. Buckley, aun con la desaprobación de Matheson, hará todo lo posible por desenmascarar el fraude que él piensa que Silver lleva a cabo.
He decidido no hacer ningún spoiler porque es una película que de verdad merece la pena y cuya trama te engancha y no te suelta hasta el final, pero lo que sí tengo que mencionar es la habilidad de Cortés a la hora de escribir el guion, y sí, ya sé que mucha gente piensa que ese final no conviene para nada a la película, que es un giro Shyamalan desafortunado… pero lo que yo creo es que le viene que ni pintado, y me explico. Durante una escena del comienzo de la película Tom Buckley le dice a Elizabeth Olsen “la magia la has hecho tú mirando donde no debías”. Pues bien, cambiémonos a nosotros mismos por la chica y démosle el puesto de mago a Cortés y entenderéis a lo que me refiero. Lo que usa el director a la hora de escribir el guion es la técnica de las siembras. Se trata de un recurso que ha sido mil veces utilizado en el cine (solo hay que recordar a Keyser Söze en Sospechosos habituales y esa magistral escena final), que hace que al final de la película miremos atrás a cosas que nos han pasado desapercibidas y nos llamemos a nosotros mismos tontos por no haberlo entendido en su momento. Es entonces cuando nos damos cuenta del engaño, pero es demasiado tarde, ya nos han hecho el truco (lo mismo ocurre en la trama). Quizá lo único que cueste entender son esas visitas de Buckley al edificio en el que encuentra a Simon Silver en una habitación.
Tengo entendido que la escritura del guion le llevó varios años, incluso tuvo de por medio el rodaje de Buried (que tampoco fue muy largo), lo cual es comprensible cuando vemos el resultado final de la película, un complejo rompecabezas que al final se resuelve solo.
Concluyo con dos cosas que, personalmente, me gustan mucho. Quiero subrayar la labor de fotografía de la película que, obviamente, no se la debemos solo al director sino a todo un equipo de trabajo. Desde luego lo único español de la película son los nombres de los créditos, y con esto no quiero desmerecer al cine español, ni mucho menos, pero la estética de la película está muy bien traída y parece de todo menos española. No sé si será por el desaturado que gasta el film o por ese boqué pero desde luego me impresionó cuando la vi. Por último, el montaje. Es bien sabido que Cortés monta todos sus trabajos desde que era cortometrajista y eso le da un control mucho mayor sobre la historia, puede dar su toque personal. Personalmente me gusta el ritmo de la película y me gusta el montaje final (ni que decir tienen los créditos iniciales), en definitiva, una buena película del que yo pienso es el director más prometedor que hay ahora mismo en España.
La puntuación final:
Un 8/10. El horno se pone al rojo vivo y cocina una película estupenda que se merece un pollo en todo su esplendor. Entretenida y misteriosa en su punto justo.
Un abracito.
No hay comentarios:
Publicar un comentario