En nuestro último día en Bruselas decidimos (erróneamente) visitar el parque temático Mini Europa. Sinceramente, no merece la pena pagar 14 euros por ver miniaturas de monumentos y ya. Porque no hay nada más. A pesar de todo salimos contentos y lo pasamos bien, que es lo que importa.
Aquí en mi papel de fiero templario.
Al mediodía cogimos nuestro tren hacia Amsterdam y, una vez allí, nos dirigimos hacia nuestro hostel-boat. Sí, nuestro hostel era un barco, y las habitaciones ridículamente pequeñas. Pero como no todo podía ser malo, nos encontramos con una batucada la mar de marchosa cuando estábamos visitando el centro de Amsterdam. Así concluyó nuestro primer día en la capital holandesa.
Aquí está el tercer capítulo, para que lo disfrutéis (gente de Vimeo, adelante):
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